Los datos surgen de un informe por Red Link, que presentó la primera edición del índice de Uso de Dinero Electrónico, UDE Link. Según adelantó la compañía este estudio se presentará mensualmente para cuantificar cómo se usan los canales de pago digitales. «Dado que los datos referencian la operatoria de 28 millones de argentinos de todas las geografías, rangos etarios y nivel socioeconómico, estamos convencidos de que se transformará en una información valiosa para correlacionar con otras variables de mercado», afirmó Jorge Larravide, Gerente Comercial de Link.
La serie que mide el UDE arranca en diciembre de 2016 y llega hasta junio pasado. «Frente a un aumento del total de depósitos privados en cuentas corrientes y cajas de ahorro en la economía en su conjunto, esto es del dinero disponible para transacciones, de 2,3% en valores desestacionalizados y ajustado por inflación en los últimos 18 meses, el uso de dinero electrónico se expandió, medido de igual forma, 21,6%, mientras que el uso de los canales electrónicos se intensificó 3,5 por ciento», detallaron.
El Banco Central realizó en este período una fuerte apuesta para impulsar el uso de los canales digitales de pago para desestimar el uso de dinero en efectivo y aumentar los niveles de inclusión financiera. Lo cierto es que un poco más de dos tercios del uso del dinero electrónico se explica por transferencias inmediatas entre cuentas bancarias para hacer pagos habituales en la economía doméstica: las expensas, las cuotas del colegio privado, la medicina privada.
El castigo fue enorme. Pero hay varias fuentes de incertidumbre que los puede golpear aún más, desde el precario equilibrio cambiario y las metas fiscales hasta las elecciones 2019. El resto de las operaciones monetarias electrónicas se distribuye, principalmente en un 16% para el pago de impuestos y servicios como luz, gas, agua, telefonía, internet, entre otros, y 14% en compras con tarjeta de débito.
Mientras que el uso de estas transferencias inmediatas creció un 47% en los últimos 18 meses, cayeron en casi 8% las compras con tarjeta de débito. No es casual: en enero de 2017 el Gobierno eliminó la quita del 5% del IVA en las compras realizadas con estos plásticos, medida que desde 2001 venía siendo clave para fomentar este tipo de pagos.
Sólo en junio, se realizaron más de 348 de transacciones por estos canales. La mayoría se hicieron mediante Homebanking, que captó el 46,2% de las operaciones. Los cajeros automáticos ocuparon el segundo lugar como canal de pagos, con un 31,1% y fueron seguidos por las aplicaciones de los bancos en los teléfonos celulares, que representaron el 22,7% de los movimientos.
Poder pagar desde el celular es una novedad en el sistema financiero local. En el periodo que mide el estudio irrumpieron en la escena varias billeteras digitales. Si bien su uso todavía sigue siendo incipiente, alcanzaron un crecimiento exponencial: más de un 400% en un año y medio.
Fuente: El Cronista