«O cambian las condiciones o no habrá Apple Pay. No es que no lo queramos. Es que esas condiciones no se pueden aceptar». Hace poco más de un año, el grueso del sector bancario español aseguraba que las tarifas exigidas por Apple para adoptar su solución de pagos digitales no eran asumibles.
Hoy, la mayoría de principales bancos en España ha optado por aceptar el trágala del gigante tecnológico para no quedar descolgados. La primera entidad en sumar Apple Pay a su catálogo, hace año y medio, fue Santander.
El goteo, desde entonces, ha sido continuo: Bankinter, Evo Banco, CaixaBank, Bankia, Sabadell, Banca March, la red de cajas rurales y entidades de pagos como American Express, Visa o Master Card, entre otras, ya cuentan con esta solución dentro de su abanico de servicios o se han sumado a la lista para incorporarla próximamente. La última incorporación, tal y como anuncia Apple en su página web, es BBVA.
La tasa impuesta por Apple para que los bancos utilicen su aplicación es unas 15 veces más cara que la exigida para la utilización de Samsung Pay. Estas tarifas son especialmente onerosas en un mercado como el español, ya que el pago a la compañía de la manzana se hace en función de los terminales dispuestos, aseguran fuentes del sector, y éste tiene una red muy amplia de cajeros, oficinas y POS.«No sale rentable si cumples todas las condiciones que exigen relativas a precios de la transacción, inversión en márketing…», explica un alto responsable bancario.
Sin embargo, pese a las potenciales pérdidas que pueda originar este servicio, los bancos han optado por incorporar Apple Pay a su catálogo de servicios. «El problema es que no podemos renunciar», asegura.
Presiones sin éxito
Pese a los intentos del sector bancario español para presionar a la compañía de la manzana en busca de una rebaja en sus tarifas, Apple se ha mostrado inflexible en sus pretensiones, según explican fuentes financieras presentes en las negociaciones.
Como ya ocurriera en otros países como Australia, han sido las entidades las que han acabado sucumbiendo y aceptando los precios del gigante tecnológico, cuya implantación es cada vez mayor en España (su cuota de mercado actual en venta de móviles es del 12,9%, frente al 9% de principios de 2017).
La mayoría de entidades bancarias españolas han optado por firmar con Apple antes de quedarse fuera del segmento de clientes que son usuarios de esta compañía. Este segmento de clientes es de un alto interés estratégico: tienen, de media, un mayor poder adquisitivo y hacen uso más a menudo de tecnologías de pago digitales, un segmento al alza. «Después de que Santander adoptara Apple Pay, no nos podíamos quedar fuera, porque el pago por móvil está despegando ahora mismo y tienes que estar allí», reconoce un portavoz de una de las principales entidades financieras en España.
Otro responsable de uno de los bancos que recientemente ha empezado a ofertar Apple Pay entre sus clientes abunda en la idea de no perderse este tren. «Más allá de que la solución funcione operativa y tecnológicamente muy bien, lo que realmente ha cambiado desde hace un año hasta ahora es el aumento de la masa crítica de usuarios», indica, al tiempo que reconoce que el hecho de que Santander, el mayor banco español, fuera el pionero, y que el siguiente fuera CaixaBank («con el volumen enorme de tarjetas y de usuarios que trae consigo») ha supuesto un cierto efecto arrastre dentro del sector.
Más allá de Apple, que el segmento de los pagos vía móvil está en pleno despegue lo muestran también los datos de algunos competidores. Bizum, solución de pago inmediato lanzada por la banca española en junio de 2016, ya ha alcanzado 1,5 millones de clientes en España y espera superar los 2,5 millones antes de que finalice el año, según sus propias previsiones.
Fuente: Expansión