El Touch ID evolucionó en la última versión presentada del iPhone X al Face ID, el nuevo sensor que incluye la seguridad biométrica para utilizar la cámara frontal del dispositivo para capturar el rostro del usuario como proceso de autenticación.
De esta manera, se convierte en el primer móvil de gama alta que incorpora el reconocimiento facial a modo de contraseña para acceder y realizar determinadas tareas en el dispositivo, todo esto a través del nuevo chip biónico A11 que provee de la “RED NEURAL” o inteligencia artificial.
¿Cómo funciona la seguridad biométrica en el iPhone X?
El sensor se encarga de ir registrando los rasgos faciales de nuestro rostro, como la ubicación de los ojos, nariz, boca, así como también la distancia que existe entre ellos y es aquí cuando la inteligencia artificial hace el plus, pues no sólo registra, sino que también “aprende” y va memorizando cada vez más nuestro rostro.
Utilizar una gorra, lentes, o maquillaje no resultará ningún tipo de problema para la función de reconocimiento fácil ya que los 30 000 puntos que recorren tu rostro tienen mucha más información para comparar si alguna se encuentra cubierta por algún accesorio.
Inclusive ni siquiera un gemelo podría desbloquear el iPhone X, según declaraciones de sus creadores, con un ratio de fallo de 1 en un millón.
Los riesgos del reconocimiento facial del iPhone X
La seguridad al extremo puede resultar su propio enemigo, cuando todas las medidas de seguridad puedan ser tan altas que inclusivo ya no puede reconocernos a nosotros mismos si presentamos alguna lesión, cambio propio de la edad y el crecimiento.
Esta nueva tecnología trabaja con sensores 3D, lo cual significa que no podrá ser burlada si utilizamos una foto del usuario para desbloquear el dispositivo (como sí ocurrió con el Samsung GalaxyS8), al parecer resulta bastante confiable pero al ser una tecnología nueva quedan muchas dudas de su funcionamiento y eficacia que recién podremos descubrir en noviembre que sea el lanzamiento oficial del iPhone X.